INSTRUCCIONES PARA CAMBIAR EL MOBILIARIO DE LOS CENTROS DE ENSEÑANZA

 

Antonio Bustamante, arquitecto, ergónomo

 

Prever lo imprevisible es, por definición, imposible, pero cuanto más nos esforzamos en prever, más reducimos el campo de lo imprevisible. Cuando llevamos a cabo la experiencia de observación de un fenómeno que depende de unas pocas variables y volvemos a observar el fenómeno después de haber modificado una de esas variables, nos sentimos autorizados a concluir que las diferencias entre los resultados de las dos experiencias se deben a la influencia de la variable modificada. Cuando la experiencia se refiere a pocas variables fácilmente controlables, este método no suele dar lugar a sorpresas, pero cuando en la experiencia intervienen factores múltiples, es bueno estar preparado para lo imprevisible, y si alguno de estos factores es de orden psicológico o sociológico, es imprescindible esperar lo imprevisible. Este es el caso de la observación de los cambios que produce un mobiliario nuevo en la postura de los alumnos que lo “estrenan”. Pongo “estrenar” entre comillas porque esa circunstancia tiene tanta trascendencia en la modificación de las actitudes corporales de los alumnos , que enmascara el efecto biomecánico que es el único que pretendía controlar la experiencia de un cambio de mobiliario. Así que hemos de admitir que es un error proyectar una experiencia en la que intervengan seres humanos pretendiendo analizar sólo el aspecto biomecánico del ensayo. La postura de un sujeto depende de cinco efectos :

- el efecto biomecánico,

- el efecto humor,

- el efecto cultural,

- el efecto de acción, y

- el efecto protagonista.

En el caso que nos ocupa he podido observar que durante la etapa que podríamos llamar de adaptación de los usuarios a las nuevas configuraciones de mobiliario, los efectos humor, cultural y protagonista juegan un papel más relevante que el efecto biomecánico que ha sido proyectado como una mejora para la salud postural del alumno. A continuación expongo dos tácticas posibles de renovación de mobiliario escolar con el fin de tratar de reducir un poco el terreno de lo imprevisible, pero con la conciencia de que siempre quedará algo que nos habrá de sorprender, ya que la realidad es más caótica que ordenada.

LA EXPERIENCIA DE LAS ESCUELAS DE VEVEY -SUIZA-

Las escuelas municipales de Vevey están reemplazando el mobiliario de sus escolares de acuerdo con un plan que podemos resumir, aproximadamente, así.

1 - Se pidieron muestras de configuraciones de trabajo para alumnos (pupitres y sillas) a diversas empresas del ramo

2 - Se recabó la opinión de todos los profesores de las escuelas municipales sobre las ventajas e inconvenientes de los modelos recibidos, así como los criterios del personal de mantenimiento de las escuelas.

3 - Se me pidió un informe sobre la calidad del mobiliario propuesto, desde un punto de vista ergonómico; en dicho informe, además de responder a la pregunta, propuse algunas modificaciones que modificaban positivamente las posturas inducidas por las configuraciones propuestas. Estas modificaciones no eran “teóricas”, sino basadas en modificaciones físicas del mobiliario analizado que produjeron una mejora en las posturas inducidas observadas en alumnos que experimentaron las muestras antes y después de la modificación.

4 - Se elaboró un pliego de condiciones muy abundante en el que se tuvieron en cuenta las opiniones del profesorado, las del personal de mantenimiento, las del ergónomo y las de carácter económico.

5 - Siguiendo las reglas administrativas vigentes, una empresa ganó el concurso que se estableció para la renovación en tres años, de todo el mobiliario escolar del municipio.

6 - Empezando por las clases del Jardín de Infancia y alumnos hasta 10 u 11 años, se empezó a renovar el mobiliario en el primero de los centros: un edificio recién terminado. Una de las soldaduras de las sillas hubo de ser reforzada -a instancias del personal de mantenimiento- y la operación se llevó a cabo con la aceptación de la empresa fabricante y en buena harmonía proveedor-cliente.

Hasta aquí el desarrollo -a mi entender impecable- de la operación de renovación del mobiliario. Veamos la parte de lo imprevisible de la experiencia, que hemos podido percibir hasta ahora:

Los nuevos muebles empezaron a utilizarse en un colegio de nueva planta en agosto de 2003 y, hasta diciembre de ese año, las maestras y maestros de ese centro sufrieron un aumento del agobio profesional considerable debido al cambio de actitud corporal de todos los alumnos, que no paraban quietos en una sillas que podían subir y bajar , girar el asiento e incluso balancearse de hacia delante y hacia atrás, y provocar, además la tentación de tocar la palanca del pistón de gas del compañero para provocarle un jocoso, brusco y aparentemente inocente descenso del trasero. Esta situación agobiante duró hasta diciembre: a la vuelta de las vacaciones de Navidad, los alumnos parecían haberse adaptado a las “provocaciones” del mobiliario y el agobio emergente del cuerpo docente cesó casi por completo.

Ante el no nimio problema que representa el agobio emergente de los enseñantes, que bastante tienen con el agobio profesional de siempre, sería conveniente tomar las precauciones que más puedan favorecer la rápida adaptación de los alumnos a un uso sosegado de sus nuevas configuraciones de trabajo.

LA EXPERIENCIA DEL INSTITUTO DE ENSEÑANZA SECUNDARIA VEGA DEL PRADO DE VALLADOLID

En este centro, las Direcciones Generales de Planificación y Ordenación Educativa, y la de Infraestructuras y Equipamiento, de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y León, han llevado a cabo una experiencia en la que también he intervenido y que creo que puede ser más adecuada para prevenir el “efecto novedad” que hemos descubierto en Vevey, y que es una combinación de los efectos humor, cultural y protagonista. Las etapas seguidas hasta hoy en la experiencia que se lleva a cabo en el instituto de Enseñanza Secundaria Vega del Prado de Valladolid, son:

1 - Instalación de modelos de prueba experimentales de sillas y mesas de madera en aulas de distintos niveles académicos –llevada a cabo en el año 2000-; estos muebles se instalaron solamente en aulas comunes o de actividad lectiva convencional

2 - Observación natural y fílmica del uso por alumnos de distintas estaturas y características, análisis metódico de los resultados, y evaluación del conjunto –llevada a cabo en los finales del año 2000 y la primera mitad del año 2001-.

3 - Elaboración de otro mobiliario de prueba que, tomando como base los datos de la fase antedicha, añadía la posibilidad de ajuste a todas las tallas de alumnos presentes en el centro–segunda mitad del año 2001 y primera de 2002; en esta ocasión, el mobiliario se destina a dos tipos de aulas diferentes, una de actividad lectiva convencional y otra de enseñanza de informática.

4 - Instalación de esos muebles y seguimiento de la experiencia –primer trimestre del curso académico 2002/2003.

5 - Al finalizar el primer trimestre, la experiencia de la observación del uso del mobiliario adaptable nos aconsejó no utilizar este tipo de configuración en este contexto y proponer un mobiliario en tres tallas para la actividad lectiva convencional.

La intención de la Consejería es la de promover un nuevo tipo de mobiliario que tenga en cuenta lo aprendido en las experiencias llevadas a cabo en el el instituto de Enseñanza Secundaria Vega del Prado de Valladolid y para ello, y vistas las consecuencias graves del efecto novedad en Vevey, y las menos graves, pero apreciables, en la experiencia -más reducida- de Valladolid, sería bueno tener en cuenta que todo cambio precisa de una etapa de adaptación y proyectar esta etapa de adaptación partiendo de la base de que será mejor dedicar un tiempo exclusivamente a la adaptación y no esperar a que esta se realice durante los primeros meses de la utilización de lo nuevo a expensas del agobio emergente de los enseñantes que, como queda dicho, bastante tienen con lo que tienen.

COMPARACIÓN DE LAS DOS MANERAS DE INTRODUCIR LO NUEVO

El reputado sentido del orden de la nación suiza se hace presente en el rigor con que las escuelas municipales de Vevey han organizado un pliego de condiciones técnicas ejemplar y exhaustivo. Casi todo lo relativo a los objetos a renovar ha sido previsto, lo imprevisible se ha presentado en el ámbito del comportamiento de los usuarios: un ejemplo claro de factores humanos.

En la experiencia de Valladolid hay una característica que me parece importante: no se ha hecho un pliego de condiciones definitivo sin antes probar a pequeña escala qué había de imprevisible en lo que habíamos previsto, y esto nos a enseñado -o por lo menos me ha enseñado a mí- a ser prudentes en la introducción de cambios y a aconsejar a las administraciones responsables la introducción paulatina de la mejora, proponiendo la prueba de un mobiliario piloto -ya suficientemente estudiado- a varios centros, sin forzar su aceptación, antes bien pidiendo la opinión de un profesorado al que se habría dado una formación suficiente en cuestiones de higiene postural que le permitiera, a su vez, formar al alumnado partiendo de la base de que el “corpore sano” no sólo es materia de la clase de Educación Física.

ASPECTOS ECONÓMICOS DE LOS ASPECTOS ERGONÓMICOS

El resultado de las intervenciones de Vevey y Valladolid es diferente. Lo que más llama la atención es la calidad y -por lo tanto- el precio de los objetos que se propugnan en una y otra situación: en efecto, con lo que cuesta el mobiliario de un alumno en Vevey podríamos acomodar a varios en Valladolid. Pero no olvidemos que -con mucho fundamento- el responsable de mantenimiento del material escolar estima en no menos de 30 años la vida del mobiliario que se está instalando en la actualidad; si su previsión se revela cierta el precio -que es elevado- puede no resultar caro, pues lo caro o lo barato son funciones de la relación precio-calidad.

También puede sorprender la diferencia de movilidad que uno y otro mobiliario ofrecen al alumno usuario: el alumno veveysano puede moverse mucho más que el vallisoletano, pues su silla tiene asiento giratorio, inclinable y de altura adaptable (poplítea y lumbar), mientras que la que proponemos en Castilla y León es fija, aunque con un relieve que tiene en cuenta la anatomía, el reparto de presiones y, sobre todo la postura principal inducida.

Estas diferencias son consecuencias del efecto cultural: en este efecto está incluido el nivel económico de una y otra comunidad, pero no es sólo la capacidad de gasto, sino también los criterios con que se emplea el dinero, lo que entra dentro del citado efecto cultural. En Suiza, en la actualidad, existe un malestar entre los profesionales de la enseñanza por lo que pudiera ser una pérdida de interés de la administración en el valor de la formación. Con el respeto debido a este malestar que es real y que no se basa en ninguna fantasía del cuerpo docente, no podemos dejar de admirar la atención que este país de antigua democracia ha prestado inveteradamente a la enseñanza pública y preguntarnos si se gastan mucho dinero en la enseñanza porque son ricos o si, a la inversa, son ricos porque gastan mucho dinero en la enseñanza.

Aubonne, enero de 2004.